jueves, 12 de junio de 2008
Encuentran proteína que evita infección HIV
sábado, 7 de junio de 2008
Cáncer de Próstata
El cáncer de próstata es una enfermedad en la cual se desarrollan células malignas en el tejido
prostático.
La próstata es una glándula que forma parte del sistema reproductor masculino. Se localiza en la pelvis por delante del recto y justo por delante de la vejiga y rodea una parte de la uretra. Su tamaño es como el de una nuez de aproximadamente de 4 × 5 cm, si bien varía con la edad. La glándula prostática secreta un líquido blanquecino y viscoso que se mezcla con el semen en la eyaculación. El cáncer de próstata, en nuestro medio, es la segunda neoplasia más frecuente en los varones y es la tercera causa de muerte por cáncer. El factor de riesgo más común es la edad. El 70% de los hombres diagnosticados cada año por cáncer de próstata son mayores de 65 años. Es raro encontrarlo en varones menores de 40 años.
Los factores genéticos parecen desempeñar un papel en el cáncer de próstata, sobre todo en familias con miembros que fueron diagnosticados a una edad inferior a 60 años y aumenta en relación con el número de miembros cercanos que tienen la enfermedad.
Las variaciones dietéticas parecen tener gran importancia en el cáncer de próstata; así, hay estudios que muestran una relación entre la ingesta grasa, sobre todo grasa animal, y el riesgo de padecer cáncer de próstata. Otros como el consumo de soja, té verde, selenio y vitamina E y D parecen tener un efecto protector.
A medida que los hombres envejecen, la próstata puede agrandarse y bloquear la uretra o la vejiga y dar lugar a diferentes síntomas, tales como:
– Micciones frecuentes, sobre todo por la noche.
– Incapacidad para orinar.
– Dificultad para empezar a orinar o retener la orina.
– Flujo de orina débil o interrumpido.
– Dolor o ardor al orinar.
– Sangre en la orina o en el semen.
– Dolor durante la eyaculación.
– Dolor frecuente en la parte baja de la espalda, caderas o parte superior de muslos.
Estos síntomas podrían ser indicativos de cáncer, pero a menudo son debidos a afecciones no cancerosas como la hiperplasia prostática benigna, infección o inflamación de la próstata llamada prostatitis, que también pueden tener los mismos síntomas. A veces, cuando los síntomas aparecen, la enfermedad puede haberse diseminado más allá de la próstata.
EL PODER PROTECTOR DE LAS VITAMINAS EN EL EMBARAZO
Una manera de intentar conocer el papel de esta vitamina en estos procesos en el feto es observar si el empleo de drogas antagonistas del ácido fólico se asocia con un incremento en la aparición de las citadas patologías.
Para ello, un grupo de expertos ha publicado en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine un estudio en el que se hizo un seguimiento de mujeres gestantes que consumían distintos fármacos antagonistas del ácido fólico, como el trimetoprim, triamterene, sulfasalazina, fenitoína, fenobarbital, primidona o carbamacepina, todos ellos fármacos empleados en el tratamiento de procesos como la epilepsia o cuadros infecciosos.
Los fármacos antiepilépticos como el fenobarbital, la fenitoína o la primidona causan con mayor frecuencia labio leporino, mientras que la carbamacepina es productora de malformaciones urinarias, si bien se asociaba a alteraciones del tubo neural y se desconocía como agente causal de dichos defectos en el tracto genitourinario. El empleo de suplementos de ácido fólico no redujo el riesgo de aparición de estas alteraciones, lo que sugiere que se producen por un mecanismo distinto como toxicidad directa en las estructuras que alteran.
El uso de complejos multivitamínicos que contienen ácido fólico reduce el riesgo de aparición de alteraciones congénitas en el feto, pues la administración de antagonistas del ácido fólico, especialmente durante el primer trimestre del embarazo se asocia con una mayor probabilidad de aparición de estos defectos.
lunes, 2 de junio de 2008
Descubren células que destruyen otras cancerígenas
Un equipo de científicos franceses ha descubierto un nuevo tipo de células inmunitarias en ratones que atacan tejidos cancerígenos y los destruyen por simple contacto, lo que abre una vía de investigación inexplorada hasta la fecha.Se trata de células pequeñas capaces de aniquilar a otras cancerígenas de un tamaño de cinco a diez veces superior, según la investigación divulgada hoy en Francia con motivo de su publicación en la edición de febrero de la revista británica "Nature Medicine".Coordinados por la profesora Laurence Zitvogel, del Instituto Gustave Roussy, los investigadores de ese centro especializados en el estudio del sistema inmunológico, así como del Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica (INSERM) y de la Universidad París-Sud, plantean la hipótesis de que ese fenómeno que han observado en los ratones pueda darse también en el ser humano.De confirmarse, ese descubrimiento abriría una puerta en la fabricación de nuevas armas contar el cáncer.Desde hace unos años, los científicos se interesan en las células dendríticas del sistema inmunológico, encargadas de la protección contra diversos agresores del organismo. Situadas en el bazo, el hígado, el timo (glándula de la garganta), los ganglios o la médula ósea, tienen prolongaciones externas muy finas.Su misión es enseñar a los linfocitos T a defender al organismo contra los virus, las bacterias y otros parásitos, así como contra eventuales células tumorales.Las células dendríticas capturan los antígenos en la piel o en las mucosas y migran hacia la linfa y desde allí a los ganglios, donde encuentran a los linfocitos T dispuestos a ser "educados".Los linfocitos salen entonces "en patrullas" por la circulación sanguínea y, a la menor alerta, atraviesan las venas y se dirigen al tejido agredido para matar las células tumorales o infecciosas.Los investigadores franceses han descubierto un nuevo sub-tipo de células dendríticas, bautizado IKDC (Interferon producing killer dendritic cell), capaces de matar directamente células tumorales sin pasar por la etapa intermedia del linfocito T."En los ratones afectados por melanomas o adeno-carcinomas de colon, esos IKDC son capaces de migrar preferentemente hacia la zona tumoral, infiltrarla masivamente y destruirla muy rápido, cuatro horas después de haber efectuado un ballet espectacular en torno a grandes células cancerígenas", según Zitvogel.Los autores del estudio han probado también que los IKDC son capaces de destruir indirectamente células tumorales al secretar "interferon Gamma, un anti-angiogénico muy potente".Esa sustancia permite aislar el tumor de los vasos sanguíneos que lo alimentan, lo que contribuye a su receso y desaparición.Los investigadores esperan que combinando dos medicamentos (Glivec e Interleukine 2) se pueda favorecer la creación de IKDC, que además de muy pequeños son poco numerosos.Con esa óptica, está previsto que se inicien próximamente estudios clínicos en pacientes con cáncer de ovarios resistentes a la quimioterapia y de sarcoma gastrointestinal que no responden al Glivec.