sábado, 7 de junio de 2008

EL PODER PROTECTOR DE LAS VITAMINAS EN EL EMBARAZO

La administración de ácido fólico durante el embarazo reduce el riesgo de que el feto padezca anomalías congénitas del desarrollo del tubo neural. En estudios previos se ha demostrado que el uso de complejos vitamínicos durante la gestación puede disminuir la posibilidad de que acontezcan alteraciones, no sólo del tubo neural, sino también defectos cardiovasculares, urinarios, hendiduras orales o defectos de reducción de los miembros. Sin embargo, se desconoce si el responsable de la protección contra estas anomalías es el ácido fólico o algún otro componente de estos complejos multivitamínicos.
Una manera de intentar conocer el papel de esta vitamina en estos procesos en el feto es observar si el empleo de drogas antagonistas del ácido fólico se asocia con un incremento en la aparición de las citadas patologías.
Para ello, un grupo de expertos ha publicado en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine un estudio en el que se hizo un seguimiento de mujeres gestantes que consumían distintos fármacos antagonistas del ácido fólico, como el trimetopr
im, triamterene, sulfasalazina, fenitoína, fenobarbital, primidona o carbamacepina, todos ellos fármacos empleados en el tratamiento de procesos como la epilepsia o cuadros infecciosos.



Al final del ensayo se obtuvo que el uso de fármacos antagonistas del ácido fólico se relaciona con un mayor riesgo de aparición de anomalías congénitas. Así, el trimetoprim y el triamterene se asocian con un mayor riesgo de alteraciones cardíacas, la carbamacepina y la aminopterina con defectos del tubo neural, cardiovasculares y urogenitales. El consumo de ácido fólico reduce la posibilidad de que esto se produzca.
Los fármacos antiepilépticos como el fenobarbital, la fenitoína o la primidona causan con mayor frecuencia labio leporino, mientras que la carbamacepina es productora de malformaciones urinarias, si bien se asociaba a alteraciones del tubo neural y se desconocía como agente causal de dichos defectos en el tracto genitourinario. El empleo de suplementos de ácido fólico no redujo el riesgo de aparición de estas alteraciones, lo que sugiere que se producen por un mecanismo distinto como toxicidad directa en las estructuras que alteran.
El uso de complejos multivitamínicos que contienen ácido fólico reduce el riesgo de aparición de alteraciones congénitas en el feto, pues la administración de antagonistas del ácido fólico, especialmente durante el primer trimestre del embarazo se asocia con una mayor probabilidad de aparición de estos defectos.

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